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jueves, 4 de septiembre de 2008

Campeche y Cataluña, unidas por un alcalde

Por: Patricia Cordero

Bartolomé Robert Yarzábal, de padres campechanos, fue uno de los regidores más queridos de Barcelona y su imagen sobrevive en la plaza de Tetúan
A finales del Siglo XIX la ciudad de Barcelona tuvo un alcalde mexicano, uno de los mejores en su historia, a quien se recuerda por su lucha en favor de los obreros y sus aportes a la medicina en Cataluña. El doctor Bartolomé Robert Yarzábal nació en Tampico en 1842, aunque sólo vivió en el país durante cuatro años, antes de ser llevado a la población barcelonesa de Sitges, donde su padre tenía parientes.
Francisco Robert i Batlle (1813- 1877), progenitor de Robert Yarzábal, nació en Campeche, hijo de Bartolomé Robert i Girona, un exiliado catalán que llegó a México buscando una mejor vida, cuenta el historiador José María Muriá, quien se ha dedicado a recopilar datos del regidor. “Robert Yarzábal fue un alcalde defensor de los obreros, de esos que se vuelven figuras simbólicas. Debe haber tenido carisma y por eso la gente lo quiso mucho. Incluso cuando murió, siendo alcalde, hubo un entierro multitudinario.
Logró ganarse la buena voluntad de la gente”, plantea el investigador del Colegio de Jalisco. El especialista cuenta la anécdota a propósito del vínculo que los catalanes establecieron con Campeche, lugar al que llegó una gran comunidad de esa región desde el siglo XIX. Además, Cataluña y Campeche coinciden este año por ser el país y estado invitados de honor del Festival Internacional Cervantino, en su 36 edición. Muriá encontró que la razón para que el llamado “doctor Robert” fuera enviado a Barcelona, fue el peligro de la cercanía de las tropas estadunidenses comandadas por el general Taylor en Tampico.
El padre y el abuelo del alcalde también fueron médicos, detalla el especialista. Hay datos de que don Francisco tuvo un consultorio en la capital tamaulipeca desde 1837 y que ahí conoció a Teodora Yarzábal, madre del peculiar personaje, también de origen catalán. Como médico, Robert Yarzábal se desempeñó como catedrático de patología interna, además de ser el presidente de la Academia y Laboratorio de Ciencias Médicas, y fundar el Hospital de Sant Pau. Su vocación humana fue evidente en las visitas que hacía de manera gratuita a enfermos de fiebre amarilla y cólera, y también atendió a personajes como Alfonso XII.
La lucha de Robert Yarzábal se dio principalmente en la política, no sólo como alcalde de Barcelona desde 1899, sino también a favor de los derechos de los catalanes, y como fundador de la Liga Regionalista en 1901, partido que también perseguía estos ideales, por el que también fue diputado. Durante su gobierno, se encargó de depurar los procesos electorales, eliminando a aquellos ciudadanos que ya estaban muertos, pero que aún estaban registrados. Dada su importancia, se creó la Fundación Doctor Robert, un centro de formación continua y de posgrado en Ciencias de la Salud, que promueve la Universidad Autónoma de Barcelona.
En la plaza de Tetúan en esa provincia hay un monumento dedicado al “Doctor Robert”, construido luego de su fallecimiento, en 1902, por el escultor Josep Llimona i Bruguera. Originalmente, la figura estaba en la Plaza de la Universidad de Barcelona, pero fue retirada en 1940 durante la dictadura de Francisco Franco, y reinstalada nuevamente en 1988 en su locación actual. Muriá recuerda que, como suele pasar las fiestas patrias en esa ciudad, va a visitar la efigie de su “paisano”, le canta el Himno Nacional Mexicano y le deja una bandera, para que su origen no se quede en el olvido.

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