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martes, 19 de febrero de 2013

Nos es lo mismo la iglesia de Santa Ana que la iglesia de Santana (la regidora)


Aunque en el discurso enarbola la honestidad y la justicia como principios de su vida, en la realidad la regidora Gabriela Santana abusa de sus semejantes y de sus influencias al hacerse de un terreno que interrumpe el alargamiento de la avenida Veracruz, proyecto que data de hace 20 años y que estaba a punto de concluir.

Aprovechando el caos que se vive en la administración del Ayuntamiento de Othón P. Blanco, la militante del Partido Verde construyen su iglesia para poder conseguir recursos extras bajo el cobijo de “Dios”, pero no cuenta con los permisos para que ese lugar funcione como centro de adoración, por lo que trasgrede la ley y nadie le dice nada ni siquiera el presidente municipal Carlos Mario Villanueva, quien ha sido blanco de las severas críticas de la regidora.

Y es que sin decir “agua va” la regidora adquirió un predio ubicado exactamente sobre el área en donde se proyecta alargar la avenida Veracruz que llegará hasta la colonia antorchistas, justo el lugar donde la regidora y su esposo Alfonso Santín construyen su templo pentecostés, según la denuncia de varios vecinos.

Aunque la construcción de este templo ubicado cerca del Colegio de la Frontera Sur y en terrenos de lo que es la colonia antorchistas, afecta la prolongación de la Avenida Veracruz, son pocos los vecinos que reclaman debido a que la también presidenta de la Comisión de Desarrollo Urbano y Transporte del Ayuntamiento, los ha engañado con el cuento de que la iglesia les dará mayor plusvalía a sus propiedades, cuando en realidad la obra impide el desarrollo de la zona, según narran los afectados.

AFECTAN A LOS VECINOS

Incluso, un hotel que colinda con el terreno de la iglesia de la regidora ya quedó impedido de tener acceso a la avenida Veracruz, por lo que sus propietarios tuvieron que hacer los accesos por otra calle ante la necedad de la regidora y su esposo que también funge como pastor de esa iglesia pentecostés, según pudo constatarse.

De acuerdo con los testimonios, para lograr hacer su iglesia, la regidora compró el terreno y luego lo “donó” a una Asociación Civil denominada “Aliento de Vida Restauración”, de la que ella es fundadora. Con ello cumple el requisito que las autoridades imponen para constituir una asociación religiosa.

Pese a las afectaciones, el titular de la Dirección de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente, Luis Manuel Paz Requena hace oídos sordos y excusa la situación con el argumento de que efectivamente hay un permiso para que la regidora pueda hacer una construcción provisional.

Sin embargo, la propiedad ya tiene una barda de piedra, y algunas otras obras de concreto de respetable altura, situación que no concuerda con el término “provisional”.

La propietaria del Hotel Villa Bambú, Isabel Rivera Lizárraga, hizo un llamado a la autoridad para revisen este proyecto eclesiástico, pues no es posible que por personas con “influencias” se frenen proyectos como la prolongación de la avenida Veracruz, que además afectan a toda la ciudadanía, pues de permanecer esa iglesia se deberá construir una avenida alterna, lo que costará millones de pesos a los contribuyentes.

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