La sociedad civil vive un peligro latente a paciencia y consciencia de las autoridades municipales de Calakmul, debido a que los camiones-tanque de gas acostumbran a llenar los tanques de 20 y treinta kilos en plena vía pública.
Además, el relleno de los tanques se hace de manera estimada "a ojo de buen cubero", los consumidores tienen que confiar en la buena voluntad de los gaseros ante la ausencia de algún módulo de la Profeco.
Durante el relleno los camiones-tanque no encienden la luces preventivas ni utilizan ningún señalamiento previniendo a los conductores de la operación que están realizando.
Recordemos que en el año 2000 durante la campaña política de Epifanio Hernández Cervantes, prometía que iba a gestionar entre ejidatarios y empresarios la instalación de una planta para realizar ese tipo de operaciones, pero todo quedó en eso...en promesas de campaña.
Han pasado cuatro presidentes municipales y a seis meses de la administración de Baltazar González Zapata, nadie se ha ocupado de defender y proteger los intereses de los usuarios.
La confianza de que "nada va a pasar" permite que aún enfrente del palacio municipal el relleno de tanques se realice sin ningún tipo de precaución.
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